No es la mejor traduccion pero hice mi mejor esfuerzo ya que me gusta mucho la historia de Eredan.
Absolucion
Mientras que las bestias separadas desde algunas horas apenas masticaban en la despreocupación general del heno venido de las tierras fértiles del noroeste del desierto, la actividad era máxima al campamento de Youssan. El vendedor ambulante surcaba el mundo en busca de los productos más increíbles y qué no encontrábamos en el desierto. Practicaba este oficio desde más de veinte años y su conocimiento del mundo le valía el sobrenombre del Viajero. Aquel día Youssan el Viajero se encontraba justo por fuera de Amán-ra, los habitantes de la ciudad iban de stand en stand maravillándose con hallazgos. Las negociaciones iban a buen paso, el vendedor en persona se había juntado a sus servidores para promover sus mercancías. Si este momento era el más intenso para Youssan y sus hombres, les permitía a las mujeres del cortejo descansar un poco y recorrer los alrededores durante algunas horas.
Neythiri apeaba los callejones del antiguo citado por el sol con esta impresión extraña de haber venido ya aquí. Pero se encontraba en la incapacidad de decir si era allí sólo una impresión o si verdaderamente había algo. Duda fue permitida porque Neythiri, desde hace diez años ahora, correría después de un pasado perdido, sus memorias no eran más que unas migajas en su espíritu. No podía pues fiarse ceguera de sonido sentido. Sin embargo cuanto más avanzaba, más su sentimiento se reforzaba que la enturbiaba cada vez más. Alcanzó sobre la plaza y quien tenía para gran particularidad de representar el sol. El mismo sitio era circular y los rayos fueron representados por la multitud de callejones que se iban de allí. Dejándose referirse por sus emociones deambuló a lo largo de los comercios diversos. Se paró delante de un banco en el cual reposaba una multitud de armas. Su mirada se puso entonces sobre un dúo de dagas a las formas curvas.
- ¿ Son bellas no? Pertenecían en otro tiempo a un miembro del Eclipse, dice el vendedor cuchicheando.
Neythiri se coge a una de ellas y pasó un dedo sobre el hilo de la lámina. Cortante.
- ¿ cuánto?
- ¿ oh, son verdaderamente muy caras, tiene los medios?
La mujer lanzó entonces una Bolsa de cuero bien cumplida al vendedor. Este último desató el hilo y examinó el contenido, había allí del que comprar la mitad de su escaparate.
- ¡ le pertenecen! ¿ Se los embalo?
Pero sumergido en sus pensamientos, Neythiri no escuchó, contentándose con tomar la segunda daga y con dejar los lugares. Lo sabía, ya había tenido armas semejantes.
Algunos días antes de esto en la ciudad de Thébirak, Nebsen y otros Nómadas del desierto discutían a propósito de los últimos acontecimientos.
- así tenemos una puerta del Infinito a la mitad destruida al fondo fino del desierto, dice Mahamoud.
- es lo que indica el papiro de Netjhim, dice Sakina que tenía el papel.
- jamás había entendido hablado de una puerta cualquiera del Infinito en mi tiempo, dice Nebsen. Pero el desierto es antiguo y su pasado es todavía escondido en las tinieblas. Comenzamos a anotar la historia sólo al advenimiento del panteón.
- ¿ acaso vamos a verla? ¿ Preguntó a Sakina, A quién debo responderle?
De repente Nebsen se encontró aureolado por luz y sus ojos chispearon de potencia. Sakina retrocedió prudentemente.
- ¿ dije algo que no hiciera falta? Se inquietó.
- ¿ Nebsen? ¿ Qué tienes? Preguntó al Visir.
- tiene una visión, dice entonces una voz, la de Naptys. El dios en cabeza de león apareció al lado de ellos.
- siento la luz fluir por mis venas... Los que han sido deshechos van a volver, dice Nebsen entonces cuajado como una estatua.
- ¿ de quién hablas? Dice a Kébèk frunciendo las cejas.
- Una brecha ha sido abierta, el dios escarabajo será pronto libre de sus cadenas, serán acompañados por unos servidores de Ra. Esto pasará en la ciudad del sol.
- ¿ servidor de Ra? ¿ Solarians pues? Afirmó a Sakina.
Luego la aureola desapareció y los ojos de la esfinge volvieron a ser normales.
- lo que es... ¿ Que acaba de pasar? Inquirió Nebsen.
- ¡ acabas de hacer una profecía! Exclamó Sakina.
- usted debe ir a esta ciudad del sol, dice Naptys. Es importante.
Luego la divinidad se difuminó para regresar cerca de otros dioses y anunciarles la profecía de la esfinge.
- Siempre tan volátil estos dioses, ironizó Kébèk. ¿ Y la ciudad del sol es dónde?
- amán-ra, respondió Nebsen.
- ¿ amán-ra? ¡ Bien, tomemos nuestros asuntos y vamos!! Exclamó Mahamoud.
Los guardiánes de Kehper estuvieron totalmente sorprendidos por el asalto lanzado en contra de ellos por esta guerrera a la armadura de escarabajo. Su rabia incomprobable le daba una seguridad prodigiosa. Golpeó las cadenas de todas sus fuerzas y los eslabones estallaron en gavillas luminosas.
- ¡ combates hasta que sea libre! ¡ Ningún golpe te herirá a Zehanie! Dice a Kehper.
Solarians se interpusieron entonces para eliminar la amenaza. Sus poderes también eran fabulosos y extensos, hicieron llover una luz ardiente sobre la guerrera. Pero la armadura y los poderes divinos del dios la protegían. El tiempo jugaba contra ella, también hizo lo más rápidamente posible, destruyéndole las cadenas una a una. Y a medida Kehper recuperaba sus poderes. Pequeños escarabajos aparecían por todas partes alrededor de él, una parte de ellos ayudaron a Zehanie a destruir las cadenas restantes mientras que la otra mitad se solidarizó contra Solarians. Alertados por el ataque estos últimos se volvían cada vez más numerosos. Los escarabajos fueron rápidamente barridos por la potencia de Suelo ra. Djamena en persona se había agregado al combate.
- ¡ No te evadirás! Aulló llevando el contraataque. ¡ Perdiste una vez y para siempre!
Resultó una batalla titánica entre dos fuerzas divinas. Solarians luminoso se enfrentaban con la cohorte de escarabajos a la concha negra. El combate habría sido desigual, la potencia de Solarians sobre su territorio no podía ser parada, sin una intervención ô cuánto inesperada y sobre todo inesperada. De nuevos Solarians llegaron, entre ellos el al aspecto de Soraya, y muchos otros los que habían pisado las tierras de Guem durante la guerra de Suelo ra. Ces Solarians se echaron pico y uñas en la melé, apoyando la defensa de Zehanie y de Kehper, oponiéndose a Djamena y a otros niños de Ra. Cuando no quedó más que una cadena, Kehper se halló en situación de liberarse y de cambiar de forma para adoptar una apariencia mucho más humana.
- Venga conmigo, usted usted me ayudó, dice a la atención de Soraya y a la atención de su grupo. Un dios paga siempre sus deudas.
Entonces, ahora capaz de evadirse, Kehper desapareció, llevando con él a Zehanie y Solarians disidente.
Los Nómadas del desierto llegaban a Amán-ra, el sol iba pronto a acostarse, lentamente decayendo, pero inexorablemente detrás del mar. Allí no lejos del campamento de Youssan el viajero se había agotado de sus visitadores. Nebsen paró la caravana y miró hacia el cielo.
- Es ahora, dice, huelo que son próximos.
Algunos minutos más tarde, Kehper y su grupo aparecieron, sin gran sorpresa para los Nómadas. En cambio Kehper, él, no esperaba tal encuentro. Nebsen se le acercó los brazos apartados en signo de paz. Más que la llegada del dios, el Solarians le importaban mucho más.
- ¿ estás allí para pararme, esfinge de Ra?
- no, vinimos acogerle y sostenerle. Este mundo cambió y el tiempo de la unidad entre los dioses vino.
- ¿ Unidad? ¿ Cambio? Salimos de una batalla contra los niños de Suelo ra, dice Kehper sobre tono de la exasperación.
- posiblemente, pero Solarians aquí obsequios, cuya paz yo, prefiramos en la guerra. Quiero que Ra vuelva a ser Ra.
- nosotros también nos lo queremos, dice Soraya.
La discusión se comprometía cuando uno de Solarians que acompañaba a Kehper se desprendió del grupo. Era una mujer a los trajes amplios que llevaban una máscara real. Nebsen lo observó y comprendió que algo no iba. Le confió entonces al Visir la continuación de la discusión y fue a ver este Solarian.
- Veo lo que sientes.
- el humano que viví está allí, en este campo. Sufre, me gustaría a él ayudar.
- es respetuoso de tu parte. Huelo así como buscas el perdón.
- sí.
- vayamos a ver.
Neythiri había dejado a un lado sus obligaciones desde que había comprado las dagas. Para ella el tiempo había fluido de otro modo si aunque llegó al campamento a los todos finales de la tarde. Los servidores trajeron al esclavo hasta el vendedor que esperaba en el centro del campo.
- ¡ Tú he aquí por fin! ¡ Donde fuiste pasada! ¿? Preguntó a Youssan. ¿ Qué es lo que estas dagas? ¿ Y las provisiones? Neythiri entonces fue tirado por sus vagabundeos interiores.
- yo no sé demasiado, estaba en el mercado, compré estas armas.
- ¿ hiciste esto? ¿ Y cuánto compraste estas antiguallas?
- todo lo que tenía, creo.
- ¿ TODO? ¡ Pero había de qué alimentarnos ellos todos durante dos semanas! Gritó a Youssan.
El vendedor perdió su calma y puso una bofetada del revés de la mano. La joven mujer se cayó al suelo soltando las dagas. Neythiri se acurrucó inmediatamente implorando el perdón del vendedor. Éste tenía de vez en cuando congestiones que podían ser violentas. Ya lo había hecho los gastos repetidas veces. Youssan golpeó a la joven mujer que se lo hace sangrar las manos y tratándole todos los nombres más atonantes.
- ¡ miren, vosotros todos, he aquí lo que cuesta de gastar mi dinero, ganado al sudor de mi frente!
Youssan levantó a Neythiri y le confió a dos servidores para que le retengan. Luego separó el látigo que llevaba a su cinturón.
- ¡ Sra volar, es carecer de mí de respeto, y carecer de mí de respeto me pone enfurecida!
- ¡ la cólera trae sólo la destrucción! Declaró una voz que venía del exterior del campo.
Youssan se volvió para ver quién se atrevía a discutir su autoridad. Quedó cuajado viendo a Nebsen y la forma luminosa a su lado. Los servidores, creyendo en una aparición divina se prosternaron pidiendo para que se les ahorre. En cuanto a Youssan, no que creía para un cinco céntimos, se desmontó.
- ¿ A quién tengo el honor? Pidió con seguridad en sí mismo.
Nebsen pasó al lado de él y se plantó delante de ambos hombres que retenían a Neythiri. De miedo la soltaron en el suelo. Nebsen tuvo tiempo de retenerla y le apretó contra él. Pasó su mano ancha sobre su cara desfigurada.
- has sido quebrantada, mientras por fuera. Qué la luz de Ra te proteja y qué tus heridas se cierran.
Y efectivamente las heridas lentamente se cerraron, los monos desaparecieron como por magia. Las memorias de Neythiri volvieron de un golpe. Recordaba ahora de la que era en otro tiempo. Miró la forma al lado de ellos y reconoció a Kararine, Solarian que estaba en ella en otro tiempo. Nebsen la reposó.
- le espero aparte del campo, dice alejándose.
- ¿ Espere, usted va dónde allí? ¡ Usted carece de mí de respeto! Escupió a Youssan. Usted no tenía en interv...
No tuvo tiempo de acabar su frase que sangre saltó por su boca. Neythiri acababa de plantarle en la espalda ambas dagas que acababa de comprar con dinero del vendedor.
