Las ruinas de Caislean...
-¿Piensas retenerme mucho tiempo?
-Ya pasé una eternidad aquí, tengo mucho tiempo. Pero en cuanto a ti, tu tiempo es precioso querida Théya, Deben esperar noticias de ti ¿No?
-Lo sabes bien, exgeneral, respondió la Equinocciana con asco. Mátame, para que se acabe, no puedo sostener mi cautividad.
-Después del dolor que pase para encontrarte, ciertamente no voy a matarte, habría dejado a los Combatientes de Zil hacerlo por mí.
-¿Cómo hiciste para encontrarme?
-Cada vez que un Equinocciano consiguió venir a esta tierra sentía la magia del Equinoccio fluir. Y desde que están aquí, tú y tu criado, el Equinoccio se reforzó.
-Veo... ¿Qué quieres?
-¡Respuestas a mis preguntas, quiero volver a mi casa!
-Entonces deberías unírtenos en ves de quedarte aquí.
-¡Me abandonaste! Sobreviví en este mundo sin la magia del Equinoccio, me escondí para que no repararan en mí. Pero tengo un agujero en mi corazón, una falta que no logro colmar, quiero ver de nuevo a mi familia.
-Para esto vas a tener que liberarme y dejarme abrir las puertas.
-Ciertamente no, estuvimos opuestos en la época, siempre lo estaremos, no te ayudaré a realizar su deseo de venganza. Hay otros medios de volver, otros caminos. Tú que pisaba en otro tiempo esta tierra debes conocerlos.
-Estos pasos han sido destruidos.
-No todos ellos, escuché las leyendas de los pueblos de aquí, hablan de un lugar donde algunos se habrían extraviado, pasando a un mundo de tintes rojos antes de volver aquí.
Théya conocía demasiado de estos portales, pero no quería revelar nada sin antes considerarlo.
-Libérame y consentiré a responderte, dijo con severidad.
El Equinocciano reflexiono algunos instantes luego cogió su arma antes de cortar los lazos.
-Quiero saber donde se encuentra el cuarto de Metamagos, busqué todos los escondrijos sin encontrarlo.
-Porque ese lugar fue destruido durante la guerra, es normal que tú no lo hayas encontrado.
-Déjame juzgar esto, di exactamente donde está, dijo tendiendo un mapa preciso de las Tierras de Guem.
Théya recuperó el pergamino antes de desenrollarlo en el suelo de manera desenvuelta. Lo examinó largamente.
-Estamos aquí, entonces, dijo buscando una posición con su dedo, aquí. Pero te advierto, no encontrarás nada mas que ruinas.
-Avalonia... Perfecto. Puedes irte, creo que quieres recuperar a tu perro. Pienso que no llevarás a cabo tu empresa. Nuestros objetivos divergen sobre muchos puntos pero sigues siendo una Equinocciana, hazlo todo con el debido respeto. Estrechemos la mano en signo de paz y de separación, dijo tendiendo la mano.
Théya vaciló largamente, luego cogió la mano. En el momento q toco su mano el Superviviente hizo usó de la magia del Equinoccio, un rastro negro, como un tatuaje, de forma tribal, apareció sobre la mano de Théya.
-¿Entonces me decías la verdad, acaso el cuarto está en el lugar que me señalaste?
-Sí.
Camlahan era una ciudad como ninguna otra. Capital de Avalonia, tenía como particularidad un número increíble de murallas. Al principio había sólo un castillo, en la época de residencia del rey. Pero cuando el fuego devastó la ciudad de Boro y devoró su castillo, el rey decidió instalarse en Camlahan, seguido por los supervivientes del gran incendio. En el transcurso de los años la villa se hizo pueblo, luego ciudad. El castillo fue agrandado y provisto murallas. Para evitar cualquier problema de incendio y de invasión, estas murallas fueron construidas "en blanco " es decir en diferentes anillos unos dentro de otras. Los que cruzaban el camino principal por primera vez estaban impresionado por esta sucesión de murallas y por la belleza de esta ciudad. Aez dirigía Avalonia por mas de diez años. Aunque primeramente había continuado viviendo aventuras apasionantes, su papel de rey lo acaparó y pronto no recorrería más los caminos. Pero tenía como costumbre escuchar a sus caballeros y los bardos que contaban las aventuras de los héroes de la Avalonia. Esa tarde en la gran sala de banquete, Aez cómodamente sentado en un trono cerca de una gran chimenea recibió a sus amigos Johan y Enguerrand. Los dos volvían de una aventura y deseaban dar parte de lo vivido al soberano. Johan se aclara la voz y empezó su historia.
-Estábamos, Enguerrand y yo, sobre la espalda de nuestras monturas, recorriendo los caminos del este del reino para que nuestros brazos sirvan las causas honorables. Llegados al pueblo de Caislean encontramos a un anciano.
-Era una anciana, cortó Enguerrand para repetir el gesto. Una dama de una edad un cuánto acercado cuyos dientes se habían ido desde hace tiempo hacia otro horizonte. Al principio no nos vio, debido a un velo blanco que cubría sus ojos. Esta mujer tenía un poco el paso de una bruja, pero no era nada. Cuando pasamos al lado de ella tuvo un sobresalto de miedo. " ¿Quién está allí?" Nos preguntó. Asi que nos presentamos.
-La vieja dama dio prueba de una gran alegría enterándose de nuestros nombres, porque, nos dijo, "pasan aquí unas cosas no muy naturales. " Repitió Johan.
Aez ya adorando la historia, fijaba sus dos amigos con una punta de celos, le habría gustado acompañar y vivir esta aventura con ellos.
-"¿Pues qué? ¿Qué pasa aquí?" Interrogamos.
"¡La muerte camina alrededor de nosotros, la gente vio a un hombre gigantesco en las colinas y pastores han sido encontrados muertos! "Nos dijo con voz temblorosa y suplicante.
-¡Una causa justa! Debíamos intervenir mi rey, no podíamos dejar así a esta pobre gente. Pues le pedimos más información y nos condujo al centro del pueblo. Entonces presenciamos una atracción verdadera. Sus aspectos eran deplorables. "Está allí en alguna parte, nos da miedo, no podemos ir mas a cortar del bosque o a llevar nuestros rebaños a apacentar ". Un vagabundo, de gran talla. Sin embargo no había nada particular en esa región. Por lo menos lo creíamos al principio...
Enguerrand continuó: -Prometimos entonces investigar sobre este asunto, que nosotros haríamos lo posible para enfrentarnos con el demonio y vencerlo para que el pueblo encontrara la calma. Salimos inmediatamente a hacer una ronda a los alrededores. Pero después de varias horas debimos ver las cosas como son, no había el menor rastro de un vagabundo cualquiera en las rutas y caminos usados por los pastores y leñadores. Pasamos entonces la noche allí, en lo mejor de este lugar pintoresco.
-Fue en la mañana que sucedió algo inusual.
Íbamos a irnos después de un desayuno copioso cuando oímos gritos de socorro. Los de un hombre que corria a nuestro encuentro. "¡Está allí, está allí! " Gritaba. Después de haberlo calmado nos explicó que lo había encontrado al otro lado de la colina dónde nos encontrábamos entonces. ¡Allí lo vimos, un guerrero más grande que el más grandes de los Avalonienses!
-Y armado de una espada temible.
-Enviamos al aldeano a su casa antes de ir al mismo lugar para ver a este guerrero famoso. Y no nos decepcionamos en absoluto. Porque en medio de las ruinas de Caislean de las que habíamos oido hablar sólo por las leyendas, el se encontraba. Ciertamente nadie había mentido sobre su talla. Su apariencia no era la ni la de los hombres, ni la de alguna raza que conozcamos. Fuimos pues a aprehenderlo.
-Esto se estropeó muy rápidamente. Viéndonos, nosotros caballeros en armadura, se colocó de manera defensiva, probablemente para afrontarnos. Después de un intercambio de cortesías, no quería dejar que la justicia fuera devuelta. Entonces entablamos el combate. Creo que no esperaba hacer frente a adversarios tan temibles.
-Sin jactarnos bien esto. Pero no resistió mucho tiempo. Tenía sólo dos opciones, ir, o huir. Escogió la cobardía y como el malvado que es se largó usando la astucia. Después de eso procuramos comprender por qué estaba allí, ¿Qué quería? Esto llevó tiempo pero acabamos por encontrar. En medio de las ruinas había un paso hacia antiguas piezas. No registramos más que unas escrituras sobre las paredes que no se parecían a nuestro antiguo lenguaje, era otra cosa. Pero tenía el aire de ser muy importante, entonces volvimos seguidamente aquí al castillo para advertirle.
Aez lentamente se levantó, el rostro serio.
-¿Y dejaron el lugar desprotegido? ¡Miseria! ¡Había que quedarse en el mismo lugar y enviarnos a buscar, porque el campo esta libre en lo sucesivo para este desconocido! Bueno... ¡ ESCRIBA! ¡Prevenga al Consejo de los Gremios! ¡Qué traigan mi armadura! Aulló cogiendo la espada de los cinco ancestros.
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Pobre Sobreviviente, el solo quiere volver a casa... Es ET con musculos

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Capitulo interesante, esto quiere decir que no todos los del otro lado son malos? El sobreviviente aun siendo un asesino no quiere seguir el plan de Theya... Y para terminar... Muy linda la historia Johan pero como q medio idiotas no??